viernes, 23 de agosto de 2019

Yo soy la justicia

"Están locos estos romanos" - Obelix

El tribuno. A todos nos suena la figura de las películas de romanos, el oficial militar a cargo de una legión durante la época republicana. Seguro que la mayoría recordáis a Galba en la serie Hispania.
Los tribunos militares tenían cargos senatoriales y eran elegidos por el Senado. Prevalecía más los contactos y la posición que la capacidad del sujeto como militar. Enchufismo romano de primera. Con Cayo Mario y la profesionalización del ejército, los tribunos militares pasaron a segundo plano, a la sombra de los legados.

Ese es el que nos suena, pero hay otro. El Tribuno de la Plebe, o tribuno plebis. La creación del cargo data de los primeros años de la República Romana. Era una figura escogida por la plebe, nacida para proteger los derechos de la plebe de los abusos del patriciado. Vamos, nuestro Defensor del Pueblo a la romana.
Para poder desempeñar sus funciones al tribuno plebis se lo revestía de un aura de sacralidad y se lo consideraba intocable en el año que duraba su mandato. Claro, esto no siempre funcionaba, y si alguien se saltaba a la torera la "sacrosantidad" del tribuno, se lo condenaba como sacer; cualquier ciudadano romano que lo viera tenía el derecho y el deber de darle muerte. Y aún así, hubo alguno al que le dio igual.
También tenía potestad para demandar a cualquier ciudadano romano, incluyendo a patricios, cónsules y senadores, a través de sus alguaciles (Viatores)
Podían ejecutar el intercessio, un derecho de veto, con el que podían detener e impedir órdenes, decretos, levas del Cónsul, decisiones del Senado, propuestas de ley, elecciones y convocatorias a comicios, pudiendo ejercer este veto a instancia de parte (ciudadano romano, claro), o propia.
Y, en general impartían justicia entre la plebe.
Por supuesto, con la llegada de los dictadores y emperadores, que reunían todo el poder en sus personas, los tribunos de la plebe desaparecieron por completo.

Y ahora vamos a hablar un poco del fasces. El fasces era un elemento que portaban los lictores, los ejecutores de la justicia de los cónsules (que los precedían en sus paseos por Roma, para que todo el mundo supiera quién venía). Estaba compuesto por treinta varas de abedul u olmo, sujetas con una cinta de cuero rojo; dentro de Roma el fasces era tal cual. Fuera de Roma el fasces incluía un labris, un tipo de hacha. Las varas simbolizaban el poder de catigar, y el hacha de ejecutar. La cinta simbolizaba aquello de que la unión (de las provincias romanas) hace la fuerza. Bueno, pues si os fijáis bien, en la actualidad también veréis fasces, pero en escudos y banderas. Os doy una pista: el escudo de la Guardia Civil.

¿Y todo este rollo histórico? Pues para presentaros a Tribuno, un gladiador de Arena Rex. Que ya hacía mucho que no publicaba nada de mi juego de gladiadores favorito. Bueno, pues Tribuno en teoría es un tribuno plebis, pero, como podéis ver en las fotos, porta un fasces. Cosas de las distopías históricas. La cabeza que rueda por ahí es de otra gladiadora Iocasta, que venía con dos opciones de cabeza, y decidí darle uso a la que me sobraba.





La verdad es que quedé muy contento con el resultado de esta miniatura, y en mano gana aún más que en foto. Creedme.

Y hasta aquí la entrada de hoy. Os daría alguna pista sobre la próxima entrada, pero es que no lo tengo claro yo tampoco. Dependerá de lo que pinte o no pinte ese fin de semana. Tened cuidado al salir. Gracias por la visita. :D

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