viernes, 16 de agosto de 2019

La chica y el oso

¡Bienhallados!

Alrededor de las hogueras, mientras arrancan a dentelladas la carne de la pata de algún animal asado al fuego, los habitantes del norte se cuentan historias, para pasar el rato y para conocer las últimas novedades del mundo. Entre éstas cuentan las de una chica que lo tenía todo, pero no lo quería, y la de un oso, que era más de lo que aparentaba.

Egret, la Prometida de la Luna
Ni una huérfana abandonada, ni una exiliada olvidada o despreciada, Egret no se parece a ninguno de sus compañeros del Gremio de Cazadores. Muy al contrario, Egret procede de una antigua familia noble de Castellya, una niña con buena educación nacida con privilegios. Criada para cumplir con los exigentes estándares de la vida en la corte y cuidadosamente instruida en las preocupaciones de estado y el patrimonio, no se arrepiente de su crianza en lo más mínimo, no como otros individuos que han hecho la transición de noble a miembro de Gremio. Pero para Egret, una vida como noble sólo le hacía sentir como una soga alrededor de su cuello que la estrangulaba, sin importar el amor que sintiera por su familia.

Al principio huyó a las ciudades, donde pronto empezó a añorar la calma relativa de las tranquilas bibliotecas y corredores de palacio de su niñez. El bullicio de las ciudades superpobladas, ruidosas y llenas de peligro a todas horas, la irritaba. Mientras otros habrían hallado semejante lugar vibrante y excitante, Egret no tardó en decidir ponerse en movimiento de nuevo. Pasó años buscando la sensación perdida de libertad que necesitaba.

Saciando su necesidad de viajar e incapaz de dale explicación, más allá de un arraigado sentido de pertenencia, Egret viajó siempre hacia el norte, hacia los grandes bosques. Estas tierras remotas separan los Estados civilizados del territorio salvaje de Erskirad oriental y la lejana Eisnor. Fue allí, finalmente, donde encontraría su paz, perdida a los ojos de la humanidad. Aquí, Egret se contentó al dar término a sus viajes entre las escarpaduras rocosas, los bosques primigenios, y las mayestáticas cascadas que conforman esa tierra indómita.

No pasó mucho tiempo antes de que atrajera la atención del Gremio de Cazadores, puesto que estaba viviendo libre en su territorio. Siguiendo las órdenes de sus líderes, los rastreadores observaron a Egret durante todo un ciclo lunar para evaluarla. Cuando al fin la luna llegó a llena, se acercaron para guiarla a la Casa del Gremio de Cazadores, y a una audiencia con la Lord Cazadora.

Aunque para muchos esto habría significado su muerte o destierro del territorio del Gremio de Cazadores, Egret no se sentía asustada o intimidada. A su llegada, entró con la cabeza alta y se enfrentó a la mirada de acero de la Lord Cazadora con su propia mirada inquebrantable. Pasaron los segundos y una lenta sonrisa apareció en el rostro de la Cazadora, pues en Egret sintió un espíritu afín - y más aún, una sucesora potencial. Su veredicto fue rápido. Desde ese día Egret fue adoptada por el Gremio de Cazadores, y dejó atrás los reinos de la civilización para siempre jamás.








Seena, el Gran Oso
Quizás el miembro más destacado del equipo del Gremio de Cazadores es el gran oso que ruge desafiante durante sus partidos. Esta criatura está más allá de la habilidad de los hombres normales para domarlo o condicionarlo; y, sin embargo, de algún modo, el Gremio de Cazadores parece haberlo hecho. Lo que no hace más que acrecentar su misteriosa reputación ritualística. Sus métodos parecen totalmente distintos de los de cualquier otra religión conocida a lo largo del Imperio de las Ciudades Libres; de alguna manera sus dioses les permiten controlar a los monstruos del bosque.

Sin embargo, aquellos que se ha acercado lo bastante a la criatura como para ver sus ojos y viven para contarlo relatan historias extrañas. Se preguntan si no han visto el alma atrapada de un hombre convertido en la piel de una bestia, de forma similar a los antiguos cuentos de licantropía que una vez recorrieron la tierra.

Seguramente un secreto semejante sólo es conocido por el propio Gremio de Cazadores, e incluso entre ellos, sólo por los sacerdotes y druidas como Hearne. Pero dichas figuras, por supuesto, no hablan de la gran bestia con los extranjeros. Y hablan bien poco del tema entre los suyos.

En los campos de Guild Ball, el gran oso conocido como Seenah es un gigante terrorífico, una criatura letal que no tiene cabida entre los hombres civilizados. Incluso los oponentes más formidables muestran cautela en su presencia, y el horrible potencial de la criatura para la carnicería está ganando rápidamente una fama legendaria.






Ahí tenéis dos de los miembros de los Cazadores de Guild Ball. Los textos son traducciones del trasfondo de la segunda temporada, no los he escrito yo.
A mí estas dos figuras, aunque se vendían por separado, me recuerdan un poco a Brave, de Disney. A ver, la muchacha pelirroja, noble rebelada, con un arco... el oso que en el fondo es un humano (en la peli es al contrario, la humana que es una osa)... Por ese motivo le pinté el tartán a Egret con los colores del tartán del clan de Mérida. Y Seenah tiene los ojos de ese color porque quería evidenciar su naturaleza mágica. En una presentación de una Gen Con o algo de eso enseñaron un render de Seenah con forma espiritual, pero nunca lo han sacado.
El conejito ocultando la cabeza al paso de Egret es un toque personal.

A ver si sigo con este ritmo y os voy enseñando más cositas. Gracias por la visita. A cuidarse.

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