viernes, 27 de septiembre de 2019

Esta es la historia de un hombre

Esta es la historia de un hombre al que prendieron por un crimen que no cometió(o quizás sí), que estuvo encerrado en una cochambrosa e insana mazmorra de la ciudad varios años, que por fin tuvo un juicio "justo" y se lo condenó a azotes y horca. Pero en el último momento se le conmutó la pena si ayudaba a la guardia a defender la ciudad del invasor francés.

U os podría contar que un hombre fue aprehendido, pasó un tiempo aherrojado, compartiendo una sucia celda con algunas ratas y otros seres de su propia catadura, confesó sus crímenes bajo tortura, y se lo condenó a pena de ahorcamiento público, no sin que antes le ablandaran las carnes con unos cuantos latigazos. El día del colgamiento, cuando ya tenía la espalda cruzada por sanguinolentas líneas y el lazo al cuello, un numeroso grupo de desharrapados y rufianes puso en ejecución un plan de liberación, guiados por El Gobernador, conocido traidor a la corona y a su Rey. La soga de la que pendía el reo fue cortada y en su mano pusieron un cuchillo. Ahora defendería su vida y la de sus iguales contra las tropas del Rey y los usurpadores por igual.

O también podría narraros la del Conde que juró venganza tras ser encarcelado... no, espera, esa ya se ha escrito.

En definitiva, cualquiera de esas historias, u otras que imaginéis podría formar la vida del Convicto, la última (por ahora; esperemos que algún día haya más) de las figuras de la Guardia de Ysbilia de 1650: A Capa y Espada.

Aclaración para los que no juegan al juego: "El Gobernador" es un ex-soldado de los tercios rebelde que se ha puesto como misión liberar a los prisioneros de las cárceles reales.

A continuación, el Convicto.



Cuidaos y disfrutad.

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